Hubo un tiempo en el que
mirar al cielo tenía un precio
Plegar escápulas
reverenciar
la imponente fuerza salvaje
de una tormenta
Hubo un tiempo en el que
temíamos a mares desbocados
a ramas robustas de robles
de hayas
de castaños centenarios
A olas que arrasaban arenales de pretextos
Y llegó el progreso
para cambiarlo todo
¡¡¡El bienestar!!!
La agresión sin sosiego
La bomba succionadora
Los lineales
rebosantes
de colores
Nos lo bebimos todo
hasta pacer
panza arriba
sobre la loma de un basurero
Nuevas simas de residuos
conquistaron ochomiles
Estirando su columna hasta tocar el cielo
Estuarios disecados
Museos de espinas
Bosques de cemento
perforados
por el cauce evaporado de sus ríos
Un estadio de soberbia constante
se instalaba en nuestra ceguera
Y caminamos el mapa
disecado
de pieles extintas
de recursos
quemados
con una sonrisa dibujada en la comisura de nuestra arrogancia
Capturamos mundos
secuestramos paisajes
acorralamos
selváticas especies indómitas
Y en la pared de nuestros ojos
proyectamos
el estreno mundial del gran fraude
Doblegamos nuestro ímpetu
la pulsión de nuestro axioma
recreamos
como diosas
la textura del universo
el ardid perfecto
que atenúa
la voracidad
la apetencia desmedida
de tanta mente ansiosa
Compelimos al aire
a un exilio forzoso
Erigimos un nuevo mundo
a imagen y semejanza
de la obstinada medida humana
Y el reintegro
que la tierra azota
es un lienzo devastado
extravagante
árido
exánime
Diseñado
por la tenaz e indulgente
respuesta
de su mano ejecutora
Temamos nuestra obra
metahumanosdelfuturo
metaidiotasdelpresente